El 11 de noviembre de 1951 se expresaron en las urnas, por primera vez, más de 3.700.000 mujeres. Hoy siguen luchando por la igualdad de género y los derechos de las disidencias.
Por Daniela Reynoso, Movimiento Evita Tres de Febrero
La historia de esta conquista se remonta a 1918, donde el partido feminista defendía los derechos de las mujeres, sobre todo el derecho al sufragio y los derechos laborales de las asalariadas. Tuvo que llegar nuestra Evita, quien con su impulso construyó una marea de mujeres que dieron pelea y consiguieron aprobar la ley que habilitó a las mujeres a votar y ser votadas.
Fue entonces en 1947, en Plaza de Mayo, donde el grito de las mujeres ensordecía todo alrededor, las mujeres obtuvieron carta de ciudadanas, el derecho al sufragio y la potestad de ser elegidas con las mismas prerrogativas que regían hasta entonces únicamente para hombres.
Tras la incorporación del derecho de sufragio femenino en 1951, donde se empadronaron más de 3.700.000 mujeres, hubo una elección histórica en Argentina y resultaron ser elegidas 24 diputadas y 9 senadoras. Inclusive fue en estas elecciones, donde Evita votó por primera y única vez hospitalizada en el Policlínico.
Los movimientos feministas y disidencias hemos continuado esa lucha logrando grandes conquistas como: la ley del divorcio, la ley de matrimonio igualitario, el aborto legal, la ley de identidad de género, la ley de educación sexual integral y la ley de paridad de género en el Congreso Nacional.
Nosotras sabemos que no hay derecho que no se gane en la calle, que aún falta mucho por derrumbar de la estructura patriarcal que nos violenta todos los días, nos esconde y nos quiere sacar de la disputa política. Eva sabía del rol revolucionario de las mujeres en política, porque indefectiblemente cuestionamos el poder que sostiene las injusticias que sufre nuestro pueblo. Por eso Evita, al igual que Perón, le dio poder a las que no teníamos poder y con eso cambió la historia para siempre. Hoy, como ayer, nuestra tarea sigue siendo la de defender y reivindicar el trabajo de miles de compañeras que han puesto el cuerpo para enfrentar las consecuencias de 4 años de macrismo y de una pandemia, que enfrentan al patriarcado en todos los niveles y espacios: en la justicia, en las escuelas, en los sindicatos, en los barrios, etc. Ahí estamos nosotras, las descamisadas del siglo XXI.
Ilustración: Muriel Frega, ilustradora e historietista.