La candidata a senadora relanzó su campaña en La Plata e hizo referencia a que Cambiemos gobierna en «el Estado Nacional, la Provincia y la Ciudad». También criticó el escrutinio e hizo mención a Santiago Maldonado como una «desaparición forzada»
Luego de que se oficializara la victoria de Cristina Kirchner en las PASO del 13 de agosto, la candidata a senadora por Unidad Ciudadana relanzó su campaña en La Plata con fuertes críticas al gobierno nacional por como mostraron los resultados del escrutinio provisorio, a la «concentración de poder» de Cambiemos y mandó un duro mensaje en relación a la desaparición de Santiago Maldonado.
«Estamos frente a un Gobierno con una inmensa, inaudita e inédita concentración del poder del Estado Nacional, de la provincia de Buenos Aires y de la ciudad de Buenos Aires, al que también se le suma todo el poder privado concentrado. El mediático, económico, financiero e internacional. Una concentración de poder a la que la ciudadanía y la sociedad libre le debe poner un limite, porque no es bueno para nadie», manifestó.
Y agregó: «Cuando tiene ese poder y siente que la tapa de los diarios, haga lo que haga, va a decir lo que quiera y no lo que pasó. Cuando tiene la seguridad de que la televisión solo va a repetir lo que digan los funcionarios y no lo que pasó, cuando tengan la certeza de que los canales de televisión transmiten lo que el Gobierno quiere y no lo que le pasa a la gente, eso es malo. Pero no es malo solamente porque se engaña a la sociedad. Es malo porque se genera un mareo de poder y de concentración que tal vez sea la causa de la desaparición forzada de Santiago Maldonado».
Sobre el artesano, también dijo: «El hecho mas doloroso es la desaparición forzada de Santiago Maldonado». Y luego vinculó lo sucedido directamente al Ejecutivo y no a la Gendarmería: «Sobre ese tema sería muy fácil para mi, redituable políticamente, echarle la culpa a la Gendarmería. Pero la que está hoy es la misma que estaba hasta el 2015. ¿Qué es lo que cambió? El Gobierno y el que le da las órdenes. Y las fuerzas de seguridad reciben órdenes. A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César».
En relación a las elecciones, la ex presidente criticó que se relativizara ganar una elección por la mínima diferencia: «Después de ese domingo 13 primero era ‘ganaron’ después ‘empate técnico’. Esto no es un partido de fútbol, no se empatan las elecciones, se pierden, aunque sea por un voto. Después dijeron ‘por un puñado de votos’. ¿Saben por cuantos votos ganó Néstor Kirchner en Santa Cruz? 111 votos. Por esa cantidad de votos llegó a intendente. Miren si son importantes los votos y los números».
Y agregó: «Les recuerdo que por un puñado de votos gobiernan el país. Parece que hubiesen ganado el ballotage por 20 puntos por la forma en la que conducen el país. Por un puñado de votos se decide si el segundo senador es Gladys González o Jorge Taiana. Ese puñado de votos es la democracia misma».
«Nuestra victoria es una hazaña democrática», expresó en sintonía.
Siempre haciendo hincapié en cómo revirtió el resultado, Cristina Kirchner aludió: «Es una señal de los tiempos que corren hoy en la argentina. Es la primera vez en la historia electoral nacional que un acta de escrutinio definitivo da como ganador al que había aparecido como perdedor en el provisorio. Y creo que todo esto también es un poco el triunfo de la verdad sobre la mentira, sobre la manipulación. Después de 17 días, recién hoy los argentinos y el mundo se han enterado qué pasó en las elecciones PASO del 13 de agosto. Ganó Unidad Ciudadana y perdió el Gobierno, que había colocado esta elección como un plebiscito al ajuste económico y social. De cada 3 argentinos, 2 votaron oposición a ese ajuste».
«Festejaron ante los ojos de los argentinos y del mundo el Presidente, la gobernadora, el ex ministro de educación candidato a senador. Festejaron y bailaban y agradecían haber ganado las elecciones, mientras tanto un zócalo en la televisión decía que Unidad Ciudadana había obtenido el 30% de los votos y ellos el 37%. El mundo vio esto y los argentinos hoy sentimos que nos quisieron vender gato por liebre. Pero no fue gato, fue liebre», aseveró.