A medida que caía la tarde del domingo y se consolidaban los resultados con un desplome en casi todo el país, entre el desconcierto y los pases de factura por la campaña de Patricia Bullrich los referentes comenzaban a hablar por lo bajo del día después, con la perspectiva de una ruptura.
Entre el público, un dirigente radical de peso anticipó un quiebre de Juntos por el Cambio y señaló al PRO como el espacio con las mayores dificultades. “Esto se rompe. Y a ellos les va a costar mucho más que a nosotros”, remarcó el conflicto ajeno.
Lousteau no subió al escenario, en una muestra del clima complicado en el que quedó la coalición con la derrota. Macri decidió no hablar en este caso sobre su preferencia para la segunda vuelta, pero con sus guiños a Milei en la previa ya dejó sentada su postura.
El discurso de Bullrich también fue motivo de controversias. Morales se fue de Parque Norte molesto, porque según su mirada no cumplió con lo que habían acordado.
“Nunca vamos a ser cómplices del populismo y de las mafias que destruyeron este país”, descartó Bullrich un apoyo a Massa, sin cuestionar a Milei, condicionada por Macri según apuntaron los que reprocharon ese posicionamiento. Los radicales buscaban que Bullrich no se inclinara por el candidato liberal para “aislar” al fundador del PRO.
En las próximas horas habrá reuniones por separado de cada partido que integra Juntos por el Cambio y algunos promueven un encuentro de la Mesa Nacional de la coalición, aunque parece muy difícil que todos se vean las caras en la medida en que en los próximos días se produzcan definiciones del PRO, la UCR, la Coalición Cívica y Encuentro Republicano Federal en favor de Massa o de Milei para la segunda vuelta. Hoy es imposible que lleguen a un acuerdo: las heridas que quedaron por la derrota hacen que cueste imaginar siquiera una reunión destinada a debatir una postura en común.