Opinión
En cada circunstancia histórica en la que el Peronismo pareció desaparecer, salió cada vez más fortalecido. Y los procesos de construcción del discurso se fueron dando en la medida que sus dirigentes interpretaban las necesidades de los tiempos.
Fue la gente movilizada la que trajo a Perón de regreso al país después de una larga etapa de frustración, y quienes interpretaron ese nuevo peronismo no fueron los que se sacaban las fotos con el General. Fueron quienes, como resultado de ponerse al frente de los reclamos populares, marcharon con la gente.
Después de la larga noche de la Dictadura, no fueron los que iban a ser candidatos quienes tuvieron la tarea de reconstruir el Peronismo post derrota. Cuando todos nos volvíamos locos construyendo nuevos espacios, la movilización popular decidió que quien mejor interpretaba el clamor popular era Ubaldini. Y detrás de él pudimos salir a hablar con la gente nuevamente.
Tras el error histórico de haber acompañado a un Presidente que nos enamoró con su discurso, y después llevó nuestra doctrina y la instaló en una biblioteca para gobernar con el cuadernito del conservadurismo, nos costó horrores poder encontrar un nuevo horizonte. Pero también salimos y nos acomodamos, como se acomodan los melones en el carro.
Cuando escucho a muchos compañeros diciendo hay que construir un Peronismo nuevo, pero con este sí y con este no, me asombro de la falta de memoria.
Para elaborar un nuevo discurso que enamore no hace falta más que escuchar a la gente. Y en los últimos tiempos, salvo honrosas excepciones, nuestros dirigentes han dejado de hacerlo. Ese es el nuevo discurso, las necesidades de la gente. Sobre eso se construye la unidad, sobre la realidad y no sobre falsas proclamas.
No hay que apresurarse para encontrar quien nos conduzca, porque la gente ya lo sabe. Por eso hay que poner un oído ahí.
La unidad está presente. En lo que la gente quiere, en lo que necesita. Y esa pelea la gana siempre el peronismo, porque a los demás no les gusta un pueblo movilizado que reparte consignas.
Por eso vallan plazas, y hasta quieren suspender el fútbol. Porque jamás supieron controlar el deseo popular.
Hay que volver a enamorar. El peronismo tiene que volver a enamorar a esa gente. Y no hay que bajar el discurso de nosotros sabemos todo y los vamos a ayudar. Por el contrario, los que saben todo son ellos y nosotros tenemos que escucharlos.
Ahí está la Unidad. Los nombres van a venir solos. Porque ellos van a decidir que los candidatos sean quienes los escuchen e interpreten sus necesidades.
Alejandro Phatouros
Vicepresidente del Partido Justicialista de Gral. San Martín