El Día Internacional del trabajo doméstico, que se conmemora cada año el 22 de Julio desde 1983 cuando se llevó a cabo el Segundo Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, esta fecha tiene como propósito develar dos caras de una misma moneda. Por un lado, busca ponerle un valor a las tareas del cuidado, tareas comprendidas desde el mantenimiento correcto del hogar, el cuidado de personas tanto infantes como adultos mayores y la tarea incluso alcanza lo socio comunitario, donde los merenderos son atendidos por mujeres que se encargan también del cuidado de las niñeces del barrio.
El aislamiento social preventivo y obligatorio quitó el velo que existe sobre la informalidad, los movimientos feministas fueron una gran ayuda para desvelar este hecho gracias a la lucha en la cual su pedido es la implementación de una Ley Integral del Cuidado que garantizará derechos dignos. El mercado laboral es prácticamente nulo y las mujeres que realizan las tareas en sus hogares diariamente continúan sin reconocimiento alguno. Las trabajadoras de la economía popular por otro lado también carecen de derechos garantizados del trabajo. Esta diferencia pese al tiempo continúa creciendo, cuando dichas tareas siguen siendo llevadas a cabo por mujeres. Incluso en los últimos tiempos tampoco se consideraron a las mujeres con discapacidades dentro de las estadísticas oficiales.
Al respecto la concejala del Frente de Todos del partido de Tres de Febrero, Lis Diaz explica que:“La tarea recae sobre las feminidades y por eso hay que dotarla de derechos, porque son las trabajadoras más precarizadas y peor pagas. El estado debe seguir trabajando para ampliar los derechos del sector.”
En términos generales, los dos aspectos desarrollados hasta aquí, encuentran su fundamento en la división sexual del trabajo, el cual asigna roles de trabajo doméstico a las mujeres y a los varones en otras áreas del trabajo que son más reconocidas o puestas en valor. Esta división es propuesta por el propio sistema capitalista y socialmente patriarcal, en el cual históricamente se ha naturalizado y sexualizado las tareas del cuidado.
En la Argentina existe un gremio que se encarga de luchar por los derechos laborales de las trabajadoras domésticas, La Unión del Personal Auxiliar de Casa Particulares (U.P.A.C.P.) se presentan como defensores de la ley que regula la actividad, la N° 26.844 que equipara, como corresponde, la labor del servicio doméstico a la de trabajadores de otros gremios. Ahora las trabajadoras/es de casas particulares pueden acceder a vacaciones, licencias de maternidad entre otros derechos laborales. Su increíble labor garantizo ampliar y difundir los derechos y obligaciones de las y los trabajadoras/es de casas particulares.
Prensa Movimiento Evita Tres de Febrero