El legislador peronista realizó un análisis sobre los datos que arrojó el INDEC sobre cómo está compuesto el país y principalmente el territorio provincial. Remarcó que se necesitan políticas productivas para los municipios del interior.
El diputado provincial del Frente de Todos, realizó un minucioso análisis de los resultados que arrojó el INDEC con respecto al censo 2022.
En ese marco, Abarca afirmó que “los datos provisionales del censo 2022 publicados ayer nos muestran que somos 17.451.860 las personas que vivimos a lo largo de los 307,571 km² que conforman el territorio bonaerense. Esa cantidad de población es casi idéntica al total de habitantes de Chile, Ecuador o dos Hungrías completas”.
Asimismo, sostuvo que “saber cuántos somos es un dato interesante pero aún lo es más verificar que el 60 % de esas personas ocupan tan solo el 2% de tan extenso territorio. Esta tendencia, que sorprendió a muchos, se refleja en datos que relevó el censo del año pasado pero que veníamos anticipando hace un tiempo, al ser evidente el lento crecimiento poblacional, cuando no decrecimiento, que han tenido nuestros municipios del interior”.
En relación a lo expuesto, el legislador saladillense apuntó que “algunos ejemplos: General Alvear perdió más de mil habitantes; Guaminí registra 69 personas menos que en 2010, en Coronel Dorrego en 12 años apenas 59 personas se han sumado a la masa poblacional registrada en el censo anterior, por mencionar algunos casos”.
Y agregó: “Por otro lado, municipios como La Plata, Pilar o Moreno presentan una diferencia poblacional de cientos de miles de habitantes respecto al registro anterior. El crecimiento demográfico desequilibrado, es una característica de nuestra Provincia que se explica por múltiples variables”.
También sostuvo que “un breve recorrido por los últimos 100 años nos pueden ayudar a observar cómo se fueron dando los procesos de altísima concentración poblacional que hoy se verifica con mucha claridad”.
Recordó Abarca que “para 1914 la población de la PBA era de cerca de 2 millones de habitantes, mitad población urbana y mitad rural. Solo 40 años después la población se triplicó, pero la relación entre la población urbana se modificó sustancialmente: solo 1 de cada 7 habitantes de la PBA vivía en zonas rurales. Esta tendencia se fue amplificando hasta la altísima concentración poblacional en los grandes conglomerados urbanos que caracteriza nuestra realidad bonaerense en la actualidad y que conlleva efectos muy negativos que impactan directamente en el desarrollo y calidad de vida de los habitantes: déficit habitacional y hacinamiento, falta de servicios, infraestructura deficiente, déficit en la atención de la salud y dificultades para el acceso en los primeros años de la educación formal, entre otros”.
Y añadió: “Esta fotografía de la PBA que nos devuelven los datos se compone de este modo por diferentes causas, pero podemos sintetizar los motivos en la falta de pensamiento estratégico para el desarrollo de la Provincia más grande del país y el principal motor de la economía nacional”.
El diputado viene trabajando en varios proyectos relacionados con la defensa de las políticas desarrollistas para las comunas del interior bonaerense. En esa explicó que “la inexistencia de un Plan de Desarrollo integral de la PBA que favorezca el desarrollo local y el consecuente arraigo ha hecho que los habitantes de muchos pueblos del interior se hayan visto empujados a migrar hacia los grandes conglomerados urbanos en búsqueda de oportunidades de desarrollo personal y familiar”.
En su postura Abarca explicó que “el desaprovechamiento de la enorme heterogeneidad de recursos y capacidad productiva de los municipios es una de las claves para explicar el escaso desarrollo local y de incentivos para permanecer en los lugares de nacimiento, con todas las consecuencias negativas que implican los desplazamientos cuando no ocurren por voluntad si no por necesidad”.
Y agregó: “Desde hace un tiempo venimos insistiendo en la necesidad de dotar a los municipios de herramientas para fortalecerlos y que puedan pensar sus proyectos, construir sus programas y planes de desarrollo e implementarlos para poder explotar sus fortalezas, trabajando colaborativamente con otros municipios con los que se complementen y, de este modo, promover el arraigo de su población y que toda esa fuerza de trabajo y productiva permanezca en sus territorios de origen porque hay oportunidades de crecimiento y progreso. Pero pensar en un plan de Desarrollo para la PBA implica conocerla en profundidad y no seguir pretendiendo delinear políticas públicas homogéneas cuando nuestros municipios son tan diversos”.
Para finalizar, Walter Abarca sentenció: “Consolidar la autonomía municipal es condición primordial para asegurar la libertad política de los pueblos de pensar y plasmar sus proyectos colectivos, revertir esta tendencia poblacional insostenible y comenzar a promover un crecimiento demográfico más armónico, justo y sustentable”.
Fuente: Provincia Noticias