La derrota de La Libertad Avanza en la provincia de Buenos Aires dejó al PRO en una encrucijada política que amenaza con redefinir su identidad de cara a la presidencial de 2027. Lo que hasta hace unos meses parecía una apuesta audaz para aprovechar el empuje de Javier Milei, hoy se transformó en una duda existencial: ¿seguir atado a un socio debilitado o barajar y dar de nuevo?
Por Mauro Cerielli
Desde mucho antes de la elección bonaerense, dentro del PRO convivían dos almas. Una, dispuesta a una alianza casi sin condiciones con la Libertad Avanza, confiando en que la sintonía ideológica y el arrastre presidencial garantizarían poder territorial. Otra, más cautelosa, que miraba con desconfianza esa cercanía, temiendo diluir la identidad del partido fundado por Mauricio Macri. La derrota provincial no hizo más que agudizar esas diferencias.
“Si seguimos pegados a Milei, nos hundimos con él”, confesó a Infowebnoticias un legislador bonaerense del PRO que prefirió el “off the record”. En la misma línea, una referente del espacio en el Conurbano agregó: “La sociedad nos pide una oposición seria, no que seamos una sucursal de la Libertad Avanza”.
Del otro lado, los que defienden la alianza sostienen que romper ahora sería suicida. “El PRO sólo no tiene volumen electoral suficiente. La unidad con Milei es necesaria para sobrevivir en el corto plazo”, afirmó Cristian Ritondo en declaraciones recientes, marcando la postura del sector que todavía cree en el frente común.
En este tablero, la figura de Mauricio Macri vuelve a ocupar el centro de la escena. El expresidente ya dio señales de querer “juntar a la tropa”, consciente de que la indefinición erosiona al partido. En la última semana, trascendió un diálogo con Milei en el que intentaron recomponer la relación. Sin embargo, cerca de Macri admiten que el expresidente está cada vez más preocupado: “El PRO no puede seguir diluyéndose, porque si no recuperamos identidad, en 2027 no vamos a tener chances”.
El futuro inmediato dependerá también de lo que ocurra el 26 de octubre. Una nueva derrota de La Libertad Avanza en el escenario nacional aceleraría la necesidad de reposicionamiento del PRO, que vería confirmados sus temores de haber hipotecado su identidad por un acuerdo sin beneficios electorales. Por el contrario, si Milei logra contener el desgaste y sumar bancas, los incentivos para seguir dentro de la alianza se mantendrán, aunque bajo la sombra de la subordinación.
“La derrota bonaerense fue un golpe muy duro. Ahora, lo que se discute es si vale la pena pagar el costo político de seguir atados a una gestión que ya muestra desgaste”, resumió un analista consultado por este medio.
La conclusión es inevitable: el PRO ya no puede eludir el debate interno. La derrota bonaerense encendió una alarma que obliga a definir un rumbo claro. O se consolida como socio menor de Milei o se rearma para ser alternativa. Lo único que parece descartado es seguir navegando en la ambigüedad.
