Una vez que se aprobaron los proyectos de ley que reemplazarán al DNU firmado por Macri, los diputados oficialistas abandonaron el recinto.

La inauguración de las sesiones de la Cámara de Diputados se convirtió en un verdadero escándalo, que incluyó insultos, gritos y gravísimas acusaciones entre los diputados, hasta altas horas de la madrugada del jueves.

La polémica se desató luego de que los legisladores de Cambiemos se levantaran de sus bancas tras aprobar los tres proyectos de ley que reemplazarán al DNU firmado por el presidente argentino, Mauricio Macri.

De esta manera, no permitieron que haya quórum en la sesión para que el kirchnerismo, el massismo y la izquierda puedan aceptar o rechazar el megadegreto, en un accionar que la oposición consideró como “una porquería”.

El cuestionable accionar del oficialismo quedó plasmado en una serie de videos que se difundieron en las redes sociales de los diputados y que reflejaron la indignación que les provocó ver como sus pares no permitían que se siguiese con el debate, luego de 15 horas de sesión.

Una vez que habían logrado su objetivo, y temiendo el rechazo generalizado de la oposición, que suman la mayoría en el recinto, los diputados de Cambiemos agarraron sus pertenencias y al unísono se levantaron, dejando atrás sus bancas y una estela de insultos proferidos por quienes sí se quedaron hasta el final de la sesión.

Uno de los que más enojado se mostró fue el presidente del bloque del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, quien consideró como un “mamarracho” que primero se hayan debatido los tres proyectos que «reemplazan el decreto de necesidad y urgencia, y luego el DNU».

“Le dije en el transcurso de la sesión que estábamos frente a un mamarracho parlamentario; está claro que esto es un papelón absoluto. ¡Es imposible construir un trabajo ordinario con este tipo de cuestiones!”, sentenció Rossi.

Y apuntó de lleno contra el presidente del cuerpo legislativo, el macrista Emilio Monzó, a quien acusó de ser “cómplice” de la maniobra realizada por el oficialismo y de “incumplir el reglamento.

“Presidente, usted fue cómplice, claramente; lo llevaron hasta el final con un tratamiento. Usted incumplió con el reglamento, porque las mociones sobre tablas se tratan al final de la sesión. Están haciendo pelota el Congreso de la Nación, están haciendo pelota la Cámara de Diputados porque no se bancan llevar adelante una discusión. No se bancaron sostener los decretos de necesidad y urgencia”, manifestó, indignado y a los gritos.

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En tanto, la diputada del Frente Renovador, Graciela Camaño, no tardó en sumarse a la polémica. «¿Sabe una cosa presidente? El kirchnerismo siempre nos ganó y nosotros siempre pataleábamos, pero ellos tenían el número. La prepotencia del kirchnerismo era la prepotencia del número que habían sacado en las elecciones”, remarcó

Además, se aventuró también en especular en torno a la postura que tendrían los miembros del macrismo de tener la mayoría en el Congreso. “Yo no me quiero imaginar este Congreso con una mayoría de Cambiemos… Si esto logran hacer siendo nada más que la primera minoría, no me quiero imaginar de qué manera van a atropellar y llevarse por delante las instituciones”, sentenció.

Los representantes de la izquierda también se sumaron al griterío generalizado, aunque aseguraron que no los “sorprende” el comportamiento en el Congreso.  “Asistimos a la consumación completa de la estafa. Esta maniobra nos anticipa lo que van a hacer. No me extraña que esta haya sido una maniobra planificada desde el comienzo”, coincidieron Romina Del Pla y Nicolás del Caño.

Mientras tanto, Axel Kicillof consideró que la sesión fue “repugnante”: “Estamos en presencia del tercer gobierno neoliberal de la historia argentina. Ni siquiera está gobernando Macri, están gobernando los poderes que están detrás suyo. Están derrapando en todo, también en el funcionamiento de esta Cámara”.