Por Adrián Cordara
En la política distrital, en momentos electorales, se realzan las figuras de l@s dirigentes políticos que encabezarán la lista de ese partido a nivel nacional y provincial. No sólo por la importancia que tienen para dicho espacio político, sino porque a la hora de la verdad, en momentos de definición, esas figuras pueden “traccionar” sufragios en los distritos haciendo crecer las listas locales, que en muchos casos, poseen dirigentes que no son conocidos por el vecino de a pie.
En la actualidad, en el frente Cambiemos, se da una situación muy particular.
La política económica del gobierno nacional, sumado a un sin fin de “errores”, junto a los incrementos desmedidos en todos los servicios y el aumento del desempleo y la pobreza, más allá de algún acierto, han dejado un saldo negativo en el primer “año y monedas” de la presidencia de Mauricio Macri.
Para colmo, el comienzo del 2017 no fue el mejor para el “espectro amarillo”, con incremento en las imputaciones a funcionarios –hasta al mismo presidente de la nación- y con el escándalo del Correo Argentino como “frutilla del postre”.
Todo lo anteriormente descripto, ha generado un “caldo de cultivo” en buena parte de la opinión pública que ya no observa al gobierno nacional con las “renovadas esperanzas” de los primeros meses de gestión. Eso, ha hecho mella en la imagen del presidente de la nación.
Sin embargo, en Cambiemos se está dando un raro fenómeno que llamaremos “tracción invertida”, una situación particular que le da esperanzas de cara al 2017 y hasta en el 2019, si el gobierno nacional puede encausar algunas situaciones.
La gobernadora Vidal y varios intendentes del macrismo del Conurbano, se convirtieron en sostenes fundamentales del gobierno nacional. Desde “abajo”, traccionan con gestión e importante respaldo vecinal hacia “arriba” y le dan un respiro a Mauricio Macri en el distrito más populoso de la Argentina. En este contexto, también es muy importante el trabajo de los legisladores bonaerenses de Cambiemos.
Si bien actualmente se encuentra en fuerte tensión con los docentes, la “Golden Girl Pro”, la gobernadora bonaerense, es la dirigente política con mejor imagen en la actualidad, lo que hace que pueda tomar algunas medidas antipáticas, sin que deterioren su figura. El haber heredado una Provincia con déficit estructural sumado a una floja gestión del ex gobernador Scioli, le dan a Vidal un “cheque en blanco” para trabajar con tranquilidad, por lo menos hasta 2019. Eso y su perfil “dialoguista” que la llevaron a algunas conquistas importantes durante su gobierno, la paran de excelente manera de cara al golpeado electorado bonaerense.
Después de la era de los “Barones del Conurbano”, con gestiones desgastadas con décadas de duración, varios alcaldes de Cambiemos poseen una imagen muy positiva en sus distritos, los que los coloca en la mira de los vecinos de la Provincia. Son caras nuevas, que asumieron en 2015, que con gestión, cercanía con el vecino y obra pública –que llega de la mano de Nación y Provincia- le dan vitalidad a la imagen de Vidal y la de Cambiemos, ergo, a la del presidente Mauricio Macri.
Este fenómeno denominado “tracción invertida” no es inmune a los avatares nacionales. Queda claro que el gobierno nacional deberá retomar la iniciativa política, encausar la actualidad económica y dejar de cometer “errores”, de lo contrario, destruirá un capital político invaluable hasta la actualidad, Vidal y los intendentes del Conurbano.