Si existe un sector en el que el status quo es inflexible ese es el de los martilleros. Instituciones rígidas poco afectas a los cambios y grandes dificulatdes a la hora de adecuarse a los nuevos tiempos y modelos de negocios. En un mundo dónde el sistema inmobiliario debió cambiar y mutar para sobrevivir la profunda crisis en la que la que la pandemia sumió a la economías del mundo, este sector se aferra a viejas prácticas y de la mano de dirigentes eternos que llevan décadas al frente de las intituciones.
Nuevas generaciones de martilleros están reclamando cambios y exigen procedimientos democráticos para llevar adelante las innovaciones que les permitan acceder a nuevas tecnologías y herramientas para enfrentar un mondo cada días más cambiante y dinámico. En este devenir se vislumbran los cambios de la mano de las elecciones que pretenden asumir el reclamado recambio y en muchos casos regularizar mandatos vencidos como en caso de la capital de la provincia de Buenos Aires.
Por tanto los profesionales del mercado inmobiliario platense irán a las urnas para elegir a las nuevas autoridades del Colegio de Martilleros y Corredores Públicos del Departamento Judicial de La Plata con, hasta el momento, dos ofertas electorales: el actual y cuestionado oficialismo encabezado por el martillero Aníbal Fortuna y la oposición que se encolumnará detrás de Mirta Líbera y equipo, en la lista “Unidos por la Profesión”.
En rigor las elecciones deberían haberse desarrollado en 17 de marzo de 2020, pero por la situación de aislamiento social (ASPO) se postergó para el 15 de abril de ese año y luego se suspendieron hasta nuevo aviso en el marco de una resolución del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, que tiene vigencia hasta el 9 de marzo próximo.
La entidad es presidida desde hace 16 años por Aníbal Fortuna, quien en las últimas elecciones de 2016 se impuso en un proceso eleccionario que estuvo marcado por las graves acusaciones de la oposición.
En ese turno electoral, luego de 12 años de urnas guardadas, el candidato opositor propuso que los directivos vivan de su profesión y no de la institución, iniciativa que fue tomada como una acusación por el actual oficialismo.
Sobre la gestión Fortuna existen muchas críticas, como la falta de reacción en el 2019, un año en el que la devaluación y la falta de crédito golpearon de lleno al sector. Además, fue denunciado públicamente por difamar a una empresa inmobiliaria que tiene varias oficinas en La Plata y genera empleo para decenas de martilleros.
En 2020, en plena pandemia, los martilleros también vieron es escasa reacción de sus autoridades, con una clara inactividad en búsqueda de consensos con la Provincia en la gestación de ayudas hacia el sector. Pese a esto, algunas inmobiliarias en soledad y sin articulación con el Colegio lograron superar el año pasado y hasta lograron récords en sus operaciones.
Los profesionales matriculados deben pagar una matrícula anual que es administrada por las autoridades colegiales, quienes están exentas de controles del Estado. Solo rinden cuenta a sus afiliados. El actual nivel de representación de los dirigentes del sector se debilita con el paso del tiempo. Basta analizar la conducción política del colegio platense en el que se notara una baja renovación de autoridades desplazada por una rotación de nombres que se repiten desde hace más de una década.
Desde la oposición señalan que “la conducción se ha manejado siempre de la misma manera, mientras que el mundo y el mercado han cambiado, y siguen cambiando. Debemos aggiornarnos” dicen.