Desde Casa Rosada dan por asegurada la candidatura de José Luis Espert como diputado nacional en la provincia de Buenos Aires, aunque el fuego interno ya estalló: Patricia Bullrich lo cruzó públicamente por vincularse —a su criterio— con “aliados del narco”.
Desde la Casa Rosada despejaron rumores: José Luis Espert sigue firme como candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, a pesar de la polémica generada por recientes denuncias que lo vinculan con Fred Machado, empresario bajo investigación en Estados Unidos por narcotráfico. La decisión del gobierno es clara: no habrá reemplazos.
Ese mutismo oficial tiene un costo interno. Patricia Bullrich, ministra de Seguridad y figura de peso en el espacio libertario-PRO, fue una de las primeras en salir a cruzarlo. Dijo que “no podemos aceptar conductas de personas que hayan recibido plata del narco” y exigió que Espert dé explicaciones de forma inmediata.
El escándalo no es menor. En medios del oficialismo aseguran que la ratificación responde a un esfuerzo por mantener unidad, evitar rupturas visibles y correr riesgos electorales en distritos donde la imagen del libertarismo ya sufre desgaste. Si Espert fuera bajado, podría interpretarse como señal de debilidad o contradicción de las propias banderas anticorrupción que el gobierno pregona.
Espert, por su parte, ya admitió alguna cercanía logística con Machado (hizo un viaje en su avión), pero ha negado que eso implique vinculación directa con fondos ilícitos. Su estrategia mediática y judicial ahora pasa por desacreditar las acusaciones como operaciones políticas del kirchnerismo.
Para Bullrich, el ataque va más allá de Espert: busca imponer una línea moral interna. Que un candidato del espacio conserve el respaldo sin rendir cuentas genera tensión entre quienes sostienen que las alianzas tienen límites éticos. La disidencia se siente tanto en redes como en despachos del PRO.
La ratificación no cierra el capítulo: se avecinan pedidos de interpelación, acusaciones cruzadas y debates públicos. En el delicado tramo preelectoral, cada paso puede volverse catalizador de fracturas mayores.