El oficialismo busca dejar atrás las turbulencias que salieron a la luz tras los recientes entredichos protagonizados por el ministro del interior y Alberto Fernández. Cuál sería la estrategia electoral en la Provincia de Buenos Aires y en el territorio nacional.
El gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, y sus principales ministros del Gabinete recibieron este martes 31 de enero en la Casa de Gobierno de La Plata al presidente del PJ bonaerense, Máximo Kirchner, y a un grupo de intendentes del Conurbano para sentar las bases de la campaña electoral en territorio bonaerense. Pasadas las 19 horas, se programó una segunda reunión clave en la quinta La Colonial, en la localidad de Merlo, con la presencia de Máximo, Kicillof, Eduardo «Wado» de Pedro y Sergio Massa, para llamar a la unidad dentro del oficialismo y ponerle «paños fríos» a la interna reciente entre el ministro del Interior y Alberto Fernández.
Junto al jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, y los ministros Andrés «Cuervo» Larroque (Desarrollo de la Comunidad), Cristina Álvarez Rodríguez (Gobierno) y Pablo López (Hacienda y Finanzas), Kicillof recibió este martes al líder de La Cámpora, al diputado bonaerense Mariano Cascallares, al presidente del Grupo Provincia, Gustavo Menéndez, y a los intendentes Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Secco (Ensenada), Federico Achaval (Pilar), Juan Andreotti (San Fernando), Lucas Ghi (Morón) y Carlos Remil (Escobar).
A diferencia de las candidaturas nacionales, que siguen sumergidas en un contexto de incertidumbre, en la provincia el camino parece allanado para que Kicillof continúe su misión en Buenos Aires por un mandato más al frente de la gobernación. A la sombra de él aparece Insaurralde, que se sostiene por su vínculo político con Cristina Kirchner.
La única posibilidad del ex intendente de Lomas de Zamora es que Cristina Kirchner le pida a Kicillof que dé un paso al frente como candidato presidencial.
Lo cierto es que Kicillof le dice a cada persona que lo consulta que su proyecto es tener cuatro años más en La Plata. Y le sobran razones para fundar su postura: en la Provincia, al no haber balotaje, tiene mejores chances de retener la gobernación, mientras que en la elección presidencial, los votos de un eventual tercero como Javier Milei irían mayoritariamente para el candidato que gane la interna de Juntos por el Cambio, circunstancia que compromete seriamente las posibilidades matemáticas del Frente de Todos.
