A través de las redes sociales, el referente del Partido Federal expresó todo su malestar tras conocerse el escándalo de los “vacunados VIP”.
El oligarca se cree mejor por su sola pertenencia a una clase, grupo o partido.
Y en la Argentina de hoy el oligarca se presenta bajo la figura del “personal estratégico”, o sea, en cada funcionario y militante del poder que NO siendo personal esencial se abalanza sobre las poquísimas vacunas existentes, por sentirse «superior al resto».
Está claro que no fue “un error” como señaló Verbitsky. Todos los días nos enteramos de alguien más que se ha “equivocado”.
Ahora la Ministra de Salud prometió reglamentar esta figura del equivocado y así, con esta normativa oligárquica, amparar y dar mayores chances de vida a esta casta superior.
Es cierto que estas conductas merecen el reproche ético, pero a no equivocarse, que al dañar la confianza de la sociedad el problema también es político.
Y es desde lo político donde los legisladores, intendentes y funcionarios que, en virtud del poder que ejercen, accedieron a la vacuna para sí y/o para sus familiares o amigos, deberían renunciar indeclinablemente a sus cargos.
Entendemos el temor que tuvieron a perder su vida o la de un ser querido, cómo no entenderlos?.. si es el mismo temor que padecen todos los argentinos.
La política dañó la confianza, es obligación de la política restaurarla.