La titular de Aysa anunció el fin de semana que, el año que viene, competirá por la intendencia de Tigre. La afirmación fue realizada en un almuerzo de celebración del aniversario de la localidad de Troncos del Talar, en el que los militantes lucieron pecheras con su nombre y se colocaron carteles con la leyenda “Malena 2023″.
El avance de la candidatura de Galmarini pronostica un nuevo capítulo de la interna que ella y su marido, el ministro de Economía, Sergio Massa, sostienen con el actual intendente, Julio Zamora, que tiene intenciones de seguir al frente de la municipalidad durante un período más.
Desde el entorno de la titular de Aysa señalaron que a Galmarini “le encantaría ser intendenta” y que, si bien hizo pública esa intención, “es un deseo que siempre tuvo, desde los tiempos de la gestión de Sergio Massa, que fue intendente de Tigre en dos oportunidades”.
El anunció encendió las alarmas y avivó la interna. El intendente Zamora está enfrentado con ella y con Massa, a pesar de la sociedad política que acordaron en 2019 para formar parte de la boleta del Frente de Todos, con Zamora a la cabeza. Los cortocircuitos son de larga data, ya que Galmarini fue concejala y funcionaria municipal con Zamora como intendente y el jefe comunal le recriminaba que desconocía su autoridad y gestionaba por su cuenta.
El intendente tiene previsto volver a presentarse en 2023 y evalúa competir en las PASO contra Galmarini. De hecho, es uno de los jefes comunales que están en contra de que se suspendan las primarias el año que viene.
Zamora reemplazó a Massa cuando el actual ministro dejó la intendencia para asumir cargos como los de jefe de Gabinete (en 2008) o diputado nacional (en 2013). Era concejal y había ocupado el primer lugar de la lista. En 2015 y 2019, Zamora ganó las elecciones municipales y desea un tercer mandato consecutivo en 2023.
