La crisis económica, la pérdida del poder adquisitivo y el alto costo del dólar hará que mucha gente ni piense en tomarse un descanso en el verano. Sin embargo, otros, que en mejores épocas solían vacacionar en el extranjero, se volcarán a las playas argentinas, principalmente las bonaerenses.
No obstante, en la costa ya incrementan los precios no sólo por esta nueva demanda sino por la llegada de turistas de otros países, beneficiados por la devaluación del peso.
Siempre es difícil brindar un cálculo atinado para generar un panorama del costo que pueden tener unas vacaciones. Depende del tipo de alojamiento, de la movilidad, de dónde y qué comer según el gusto el turista, entre otras cuestiones.
Lo cierto es que en la costa bonaerense los precios en general están en sintonía con la inflación 2019, es decir, un 50% arriba que el verano pasado.
La megadevalución del peso de los últimos tiempos ha generado un gran atractivo para visitantes extranjeros, lo que ha logrado que los centros turísticos no se vean obligados totalmente a acomodar los precios a la situación argentina.
Una habitación de un hotel para dos personas en Mar del Plata, para el mes de enero puede llegar a costar por encima de los 3 mil pesos la noche. Un departamento, de $1.500 para arriba. Cenar un restaurant económico: $500 por persona. El alquiler una carpa: $3.000.
El alto valor del dólar, a su vez, hará que algunos argentinos que solían veranear en el extranjero, lo hagan ahora en el país, situación que compensará, en parte, la ausencia de quienes por la crisis económica ya no podrán vacacionar durante este receso.
Las expectativas en la costa de la Provincia son relativamente buenas dado el contexto.