El candidato a concejal suplente del FdT de Tres de Febrero y referente del Movimiento Evita, se refirió a la agenda joven que, a su entender, se debe encarar en el distrito.

Román, sos candidato a concejal. Contanos de tu militancia:

En casa siempre se discutió de política, padre y madre militantes, imaginate. Pero mi militancia empezó en la Universidad. Hacíamos jornadas solidarias, talleres de alfabetización en los barrios y peleábamos por consignas históricas como el boleto estudiantil. Después me fui metiendo en la política desde lo partidario, pero sin perder de vista lo que me había enamorado de todo esto: la posibilidad de concretar cambios reales, que afecten positivamente a personas reales.

¿Cómo ves esta etapa de la campaña?

Nos estamos concentrando en entender el mensaje que nos dieron en las PASO. Recorriendo comercios, reuniéndonos con vecinas y vecinos, escuchando qué necesitan de nosotres, y pensando la mejor manera de conseguirlo desde los lugares que ocupamos o queremos ocupar en Tres de Febrero. Es difícil porque peleamos contra un mensaje facilista que promueve la idea de que no vale la pena luchar por cambiar las cosas: cuando no son como queremos, es mejor abandonarlas y elegir otras.

Desde el Frente de Todos pensamos que lo que no hicimos bien hasta acá lo podemos cambiar, tenemos la obligación de cambiar y hacerlo mejor. Ese es nuestro compromiso y eso queremos transmitir.

Se instaló la idea que los jóvenes se ven atraídos por el discurso de los llamados libertarios como Milei o Espert. ¿qué opinión te merece?

Creo que es una idea que carece de sustento. Si, está lleno de pibes que se acercan al discurso de esos sectores, que es el que difunden los medios, como hasta hace unos años difundían la idea de Carrió y de Macri de que los ricos en el poder no roban. Son discursos chatarra, que se caen con un poco de análisis. Cuando le planteas a la juventud que si esas ideas como las de Milei si se implementaran sus padres podrían quedarse sin trabajo y sin resguardo frente a eso, o ellos podrían ver limitado su derecho a decidir qué estudiar y dónde hacerlo, se empieza a caer el castillo de cristal y aparece la realidad más cruda: las ideas libertarias son irrealizables sin el sufrimiento de un montón de gente, y todo eso para que un puñado de ricos paguen menos impuestos o puedan comprar lo que se les antoje en plataformas internacionales. Nosotros tenemos que dar ese debate, que hasta ahora no hemos podido o no hemos sabido dar con efectividad.

¿Cómo te parece que se puede encarar en Tres de Febrero la agenda joven (ecología, primer trabajo, género y diversidad, etc)?

Lo primero es escuchar a la juventud. No alcanza con hablarle. Yo soy joven, y si no participara en política desde hace mucho tiempo, probablemente no elegiría hacerlo ahora. Porque nadie me lo está proponiendo. En nuestro distrito no tenemos opciones para jóvenes, pero no solo serias y formales. Tampoco tenemos esparcimiento, por ejemplo. Fortalecer recorridos culturales, generar espacios de intercambio que no se limiten a programas puntuales si no que vayan avanzando sobre políticas públicas que piensen integralmente en la juventud, sus necesidades y sus propuestas.

Hay otros temas que afectan a la juventud como el habitacional, el consumo problemático o la deserción escolar. ¿Qué propuestas tienen para estos problemas?

Por un lado, el tema educativo hay que abordarlo desde el inicio de la vida escolar. No podemos hablar de fracaso solo porque les niñes y adolescentes no permanecen en las instituciones educativas. Tenemos que avanzar sobre instituciones vinculadas con la sociedad, que sean más que meros lugares de cuidado. Es complejo, se tiene que hacer nacionalmente, pero se puede. Ahora, desde el distrito podemos facilitar la realidad, incluso antes de poder cambiarla. Corredores seguros, facilidades en el transporte (no hablo de grandes inversiones, ni de cosas como el boleto gratuito o subsidiado que son del orden nacional y provincial, si no por ejemplo de paradas acordes a la cantidad de gente que espera los colectivos en los lugares más alejados, o en la forma de garantizar que nadie tenga que caminar más cuadras que las que hace luego en el transporte).

Es fundamental también el acceso a la conectividad, la puesta en valor de las bibliotecas populares, la articulación con espacios de arte, deporte…Con el consumo problemático creo que hay que mirar los modelos exitosos, y acompañarlos desde el municipio. Los centros de abordaje que SEDRONAR coordina son espacios que han dado resultado en la prevención, pero también en la intervención frente a situaciones de consumos problemáticos. Pero no dan abasto, ni tienen la cantidad de profesionales que sería necesario de acuerdo a la población que asisten. Fortalecer eso con recursos municipales quizás sería un muy buen comienzo ¿no? Y respecto a la cuestión habitacional, hay que tener en cuenta que el déficit es doble: cantidad de viviendas, y calidad de las mismas. Nos debemos el debate de las nuevas formas de acceso a la vivienda, que por las características de las sociedades urbanas como la nuestra, ya no se limitan al sueño de la casa propia como única alternativa.

Hay una experiencia, en el sur del conurbano, de una inmobiliaria municipal, que acorta la distancia entre quienes tienen propiedades para completar sus ingresos mensuales, y quienes eligen o deben alquilar para tener una vivienda. Este tipo de ideas, además de generar alternativas más justas, ayudan a desarticular el monopolio de quienes concentran propiedades, las administran y por lo tanto, forman los precios que hoy, son impagables. Por supuesto, sin dejar de lado las políticas para que quienes así lo decidan, puedan tener casa propia: créditos accesibles, planes de vivienda, urbanización de espacios donde sea factible hacerlo.

Sobre el déficit de calidad de las viviendas pienso que tomar el ejemplo de municipios vecinos como San Martín, con créditos a tasa cero, o muy bajas, o subsidios para la mejora y ampliación de las mismas es algo que podemos implementar fácil y rápidamente, y con grandes resultados en el corto tiempo