Este jueves, tres hombres fueron condenados a prisión perpetua por el asesinato de Araceli Funes, quien en 2017 fue encontrada sin vida y con signos de haber sido víctima de asfixia, enterrada debajo de unos escombros de una casa de José León Suárez, en San Martín.
La condena recayó para Carlos Casalz, Hugo Cabañas y Marcelo Escobedo. Mientras que no fueron acusados Hernán Rodrigo Badaracco, Carlos Antonio Ibarra, Daniel Alaniz y los hermanos Jonathan y Emanuel Ávalos, que debido a esto fueron absueltos.
La joven había sido vista por última vez el 2 de abril de 2017, en una plaza a las 2 de la madrugada y el último contacto que tuvo con su madre fue a las 7 de la mañana, cuando le escribió: «Vieja, prepará las cosas para el mate que estoy yendo para casa”. Sin embargo, nunca llegó.
Pasados 25 días, su cuerpo fue encontrado enterrado en unos escombros de la casa de Darío Badaracco, hermano del imputado Hernán Rodrigo, pero éste no llegó al juicio de este jueves, ya que murió en 2019, luego de haber permanecido internado cinco días en un hospital de Olavarría, tras ser atacado a golpes y quemado con agua caliente por dos compañeros de celda en el penal de Sierra Chica.
La autopsia del cuerpo de Araceli Funes determinó que la víctima murió por “asfixia mecánica” por “estrangulamiento a lazo” con un elemento compatible con precintos plásticos.