El presidente, junto a Ginés González García, confirmó la firma del contrato con Rusia. Las primeras dosis de Sputnik V llegarían antes de Navidad. “Para sacarle las dudas a todos, el primero que se la va a aplicar soy yo”, aseguró.
El gobierno nacional anunció la firma del convenio con la Federación Rusa para la entrega de 600 mil dosis antes de fin de año, con las que se vacunarían a 300 mil personas. Según aseguró el presidente Alberto Fernández, planean inmunizar a 10 millones de personas entre enero y febrero, previo a la llegada del otoño. “Para sacarle las dudas a todos, cuando esté la vacuna el primero que se la va a dar soy yo, porque no tengo ninguna duda de su calidad”, afirmó el mandatario.
El ministro de Salud, Ginés González García, habló de 60 millones dosis en el primer trimestre: “Es un desafío logístico, operativo, de programación y vacunación de una magnitud nunca antes conocida”.
El día que su gestión cumplió un año, y al lado del ministro de Salud, Ginés González García, el presidente anunció el contrato firmado ayer con el Fondo Soberano de la Federación Rusa, el tercero que suscribió el país luego del concretado con Astrazeneca–Oxford y con Covax, una dependencia de las Naciones Unidas de la que forman parte diferentes países.
“El contrato dice que vamos a poder contar con las dosis suficientes para vacunar en enero y febrero a diez millones de argentinos. Es un gran avance y nos da mucha tranquilidad, porque tendríamos una cuarta parte de la Argentina vacunada antes del otoño, pero el problema no está resuelto, no hay que sentirse liberados de la pandemia porque eso todavía no lo hemos logrado”, aseveró Fernández. La primera remesa de 600 mil dosis llegará antes de fin de año, según declaró. Al ser dos dosis, la segunda después de los 21 días, esa primera remesa alcanzará a 300 mil personas. En enero llegaría una segunda tanda para cubrir a 5 millones de personas, y luego en febrero a 10 millones en total, tal como anunció Tiempo semanas atrás, lo que significarán 20 millones de dosis.
“El contrato tiene algo más, para nosotros muy importante. Una preferencia para la Argentina para acceder a dosis suficientes para vacunar a 5 millones más en marzo, contando con diez millones de dosis –continuó Alberto–. ¿Por qué la hicimos? Por si el resto de las vacunas con la que tenemos contratos atrasan su llegada al país”.
A pesar de que la vacuna rusa Sputnik V demostró una efectividad del 95%, sobre todo 42 días después de la primera dosis, y hasta el momento no hubo “eventos adversos inesperados durante los ensayos”, en el ámbito local los grandes medios y opositores cuestionaron su origen. “Hemos analizado mucho la vacuna rusa, acá en Argentina sembraban muchas dudas sobre su calidad, pero el instituto que la desarrolló (el Centro Gamaleya) tiene varios premios Nobeles en su planta de científicos –agregó–. Para sacarle las dudas a todo el mundo y nadie tenga miedo, el primero que se la va a dar cuando llegue soy yo, porque no tengo ninguna duda de la calidad”.
Y destacó su “gratitud por la forma diligente y rápida con la que el Fondo Soberano Ruso pudo negociar el acuerdo, y agradecer al presidente Putín porque se ocupó personalmente a ayudar a que esto ocurra”.
Para acelerar la aprobación de emergencia está viajando a Rusia una comitiva de funcionarios nacionales y representantes de la Anmat, el organismo nacional encargado de verificar la calidad y eficacia de cada vacuna que se aplique en el país.
La prioridad en la primera etapa estará centrada en los trabajadores de la salud, fuerzas de seguridad, docentes, mayores de 60 años y aquellos que tengan entre 18 y 60 con alguna enfermedad prevalente. Ese conjunto, según revelaron, suma 13 millones de personas. De marzo en adelante la idea es continuar la vacunación, pero esperando que se sumen los otros laboratorios con los que el Estado ya firmó convenios, como AstraZeneca junto a la Universidad de Oxford (cuya eficacia fue confirmada por The Lancet este miércoles) y las 9 millones que vendrían de Covax, además de posibles arreglos en las próximas semanas con las de origen chino Sinovac y Sinopharm. Respecto a Pfizer, que fue la primera que se probó en ensayos clínicos en Argentina y cuyo pedido generó incluso una ley de adquisición de dosis, aún no se firmó el acuerdo. Según Ginés González García, sería por “una cuestión de disponibilidad”. Y agregó que un gran problema es “el cuello de botella fuerte en la producción”, al que se enfrentan los diferentes laboratorios.
Luego de la fabricación, el siguiente desafío será la logística para aplicarla. “Está claro que tenemos que organizar toda la logística, son muchas dosis que tienen que venir desde la otra punta del mundo, ya lo estamos organizando”, sostuvo Fernández. Y agregó que esto no significa que la pandemia haya finalizado ni que el virus deje de circular: “Tenemos que entender que la vacuna no resuelve la pandemia, y la pandemia persiste, está entre nosotros, hay que prestar particular atención a lo que está pasando en países vecinos y en Europa, confiamos en que la segunda ola va a poder llegar en otoño, pero no hemos resuelto el problema, pedimos un llamado a la reflexión de todos, porque mientras tanto el virus sigue circulando y potenciándose”. Acotó que la primera etapa de vacunación permitirá descender la mortalidad, cuyo promedio hoy está en los 74 años, pero no la circulación del covid.
“El desafío siempre es de la fábrica al brazo de la persona, pero no es simple”, aclaró Ginés. Desde la logística y “las temperaturas de conservación inusuales” hasta distribuirlas y llegar a cada vacunatorio, por lo que están organizando los operativos específicos con cada provincia. “Nunca en la historia hubo una vacunación tan masiva y amplia”, acotó Ginés, y lo graficó en que por año todas las vacunas que se suministran en el calendario nacional reúnen unas 40 millones de dosis. “Y esta sola serán 60 millones en el primer trimestre. Es un desafío logístico, operativo, de programación y vacunación de una magnitud nunca antes conocida”. Además, destacó que los casos están disminuyendo en la actualidad: “Somos el único país del Cono Sur en el que están bajando, todos los demás están en riesgo creciente en pleno verano”. Y advirtió que “para que tengamos los niveles de inmunidad en la población para disminuir la circulación del virus pasarán varios meses. Eso significa que tenemos que seguir con el comportamiento de cuidado”.