El abogado penalista y Director de la Cumbre Mundial de Comunicación Política encabezó una charla en la ciudad de las diagonales en el marco del ciclo de jornadas del «Conversatorio», organizado por la Fundación Pro Humanae Vitae. En ese sentido, habló de incidencia de la política en la Justicia y viceversa.
«Es descabellado pensar que la Justicia actúa por el impacto mediático -aunque pasa- pero, más descabellado aún, sería imaginar que el pensamiento de diversos jueces también se mida por lo mediático».
«Los Jueces hablan a través de sus sentencias resulta un dogma que, en ocasiones, esconde la férrea intención de omitir comunicar. La tentación de comunicar una noticia del mundo judicial de manera impactante también colabora al desenfoque hacia una verdadera y cabal interpretación de una decisión jurídica».
¿Vendrían a ser una especie de «secta» entonces?
El lenguaje jurídico es encriptado y necesitamos, en casos especiales, saber cómo transmitirlo a la sociedad para que sea comprendido. Durante años, el Poder Judicial se sirvió de lo que me gusta llamar el marketing de la invisibilidad, escondiendo su verdadero poder de imponer agenda y tener a raya a cierta clase política según la época o ideología reinante.
Está en juego el uso de los medios y viceversa.
Como en toda forma de comunicación política los intereses de cuerpo estarán siempre presentes. Los oropeles del palacio de justicia dan cuenta que ahí se cuece o pergeña algo importante, excelso, soberbio.. Alejado de la plebe». Y por otro lado los medios poseen su propia lógica comunicativa donde pretenden en todo momento imponer el criterio editorial sobre ciertas razones de índole técnico que muchas veces no coinciden con la realidad simplificada que exponen.
¿Rinden cuentas los funcionarios de la Justicia?
Como en todo poder público es menester rendir cuentas, permitir el acceso a la información y someterse a un control de corrupción». En muchos casos cuesta que los funcionarios judiciales entiendan que ello es parte del juego democrático. Existe siempre una tensión entre las necesidades comunicacionales periodísticas, las políticas y las del fuero en cuestión. Esa tensión en ocasiones se exacerba estratégicamente fuera de los parámetros lógicos y es ahí donde el aprovechamiento sectorial se vuelve claro.
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¿Acaso es mala o no del todo buena la relación entre la prensa y los jueces?
La falta de capacitación de algunos los periodistas en materia judicial provoca la queja de los jueces que por otro lado se ofuscan al tener que confrontar sus sentencias en la opinión publicada.. Ello termina por lograr una mala predisposición en ese diálogo. Y por otro lado tenemos los jueces o fiscales que suministran cierta data reservada en forma privada privilegiando a periodistas con amplio impacto mediático. Es entonces que ese desequilibrio produce tensión, recelo y desconfianza.
Está el «sector» que sí tiene pantalla, tiene medios.. ¿Para qué lo hacen o, mejor dicho, de qué les sirve?
Existen Fiscales estrellas que concurren a los programas de TV pidiendo procesamientos, detenciones, allanamientos que saben a ciencia cierta improcedentes pero que demagógicamente plantean para luego victimizarse buscando empatía política con la sociedad y los medios». Y de esa manera también juegan su estrategia política de poder dentro del seno del fuero al cual responda