Hace tiempo que Elisa Carrió ha dejado claro que quiere encabezar la lista de senadores de la provincia de Buenos Aires. Desde la mesa chica del macrismo, intentaron sin éxito, tentarla con una candidatura en Ciudad. Para el presidente y la gobernadora, quien debe encabezar esa sábana, es el intendente de Vicente López Jorge Macri, quien en más de una oportunidad, también dejó en claro que quiere jugar fuerte este 2017.

La propiedad de Elisa Carrió en Exaltación de la Cruz es un búnker con gente que entra, habla con la dirigente de la CC, fogonea para que ella siga adelante y se va.

El viernes pasado, Mauricio Macri había tuiteado una imagen con Jorge Macri, la diputada conversaba animadamente con otros dirigentes y dijo muy firme: “Tenemos por delante un penal sin arquero. Pero Durán Barba lo quiere patear al córner”, palabras que fueron un anticipo del temporal que se avecinaba en lo referido a la confección de las listas para la provincia de Buenos Aires, tema que involucra a Macri y a su Gobierno, a la gobernadora María Eugenia Vidal, a la cúpula completa de la UCR y -por supuesto- a la propia Carrió.

“Hay un clima de tensión y más ruido del que se escucha. El Gobierno no le está dando a este tema la dimensión que tiene”, declaró extra oficialmente un dirigente radical por estas horas.

La cuestión principal es una y sólo una: saber efectivamente si Cambiemos seguirá siendo Cambiemos en 2017 o si la UCR y la CC terminarán convirtiéndose en un apéndice del PRO y, además, todo pasa por saber con precisión quién encabezará la campaña a senador en provincia de Buenos Aires.

María Eugenia Vidal prometió a Jorge Macri encabezar esa lista, pero Carrió no está de acuerdo y, como si fuera poco, la relación entre ambas no es -ni cerca- la mejor, e incluso los colaboradores de la referente de la CC hablan de cierto “destrato” de parte de Vidal.

Carrió que estar al tanto del deseo de la mandataria bonaerense por imponer a Jorge Macri, pero aseguró al mismo tiempo que no apoyará a delincuentes.

Marcos Peña, entre tanto, quiere evitar por todos los medios los roces, insistiéndole a Carrió que no hay prisa por definir estas cuestiones.

El equipo de Peña dice que «no son importantes los apellidos» de la boleta. Duplican la apuesta y aseguran que con el sello de Cambiemos y la pretendida polarización con el kirchnerismo les alcanzará para imponerse en las elecciones de medio término. «El error más garrafal que se comete en estos tiempos es analizar la intención de voto de los candidatos. La demanda ordenará la oferta», se le ha oído a Peña en la intimidad.

El otro problema, sin embargo es que en el PRO también hay una grieta.

El ala que razona con la mente de la política más tradicional descree de que los apellidos no son importantes y hace gestos en favor de Carrió. «Y ni hablar si Cristina es candidata. Sería el duelo ideal para nosotros», afirman.

En este sentido, también se ha asegurado desde Cambiemos que “Lilita va a la Ciudad para bloquear a Lousteau”, sin embargo ahora, en el círculo íntimo de Carrió, apuestan a que sea candidata a senadora de Cambiemos. Para entender parte de ese cambio de estrategia hay que dirigir la mirada al Congreso.

A instancias de Mario Negri, el jefe del bloque de Diputados de la UCR, el partido centenario ha movido fichas para facilitar un entendimiento electoral con la Coalición Cívica. Un radical al que todos sus correligionarios escuchan aconsejó: “O cierran filas con Carrió o el PRO y Durán Barba se quedan con todo”. Negri y Carrió se mueven en tándem y han entablado una relación demasiado fluida con Emilio Monzó, el presidente de la Cámara de Diputados, con quien coinciden en que “no se puede hacer política solo con encuestas”. El jueves a las cuatro de la tarde Negri llamó a Monzó por enésima vez. Y veinticuatro horas después, el radical charló con Carrió por celular mientras viajaba a Córdoba.

“Lilita dice que el que tiene que decidir es Macri. O vamos por la República en serio, por la transparencia y el combate a las mafias o seremos más de lo mismo”, afirman quienes acompañan a Carrió.