El presidente de la Nación desplazó a Luis Scervino, superintendente de Salud y a Ezequiel Sabor, viceministro de Trabajo.
Mauricio Macri reaccionó con dureza contra los gremios que hoy participaron de la protesta y ordenó echar a dos funcionarios que habían llegado al Poder Ejecutivo gracias a la sintonía con sectores de la CGT.
Los desplazados fueron el viceministro de Trabajo, Ezequiel Sabor, y el superintendente de Servicios de Salud, Luis Alberto Scervino, que tenía el control de las obras sociales.
Scervino estaba estrechamente ligado al dirigente sindical José Luis Lingeri, que tuvo una presencia activa en el palco en la Plaza de Mayo. En la Casa Rosada dejaron trascender el disgusto de Macri por la participación de Lingeri al frente de la protesta sindical.
Scervino tenía a su cargo el manejo de una caja destinada a «disciplinar a la dirigencia sindical», a través del Fondo Solidario de Redistribución, que se encarga de reintegrar a unas 300 obras sociales sindicales el dinero que asignan a tratamientos de alta complejidad o medicamentos costosos. El fondo acumula unos 30 mil millones de pesos.