La gobernadora de la provincia de Buenos Aires afirmó que “esta es la primara cárcel que se construye en veinte años en la provincia, cuando llegamos, esta obra estaba paralizada desde 2014: solamente se había ejecutado en un veinte por ciento” y agregó “nosotros la tomamos, la terminamos y la convertimos en esta unidad modelo” porque “la reinserción social es posible y este es un camino de dignidad para no volver a cometer un delito”.
Así lo dijo la primera mandataria bonaerense al inaugurar este mediodía en Campana un nuevo penal modelo para jóvenes de 18 a 21 años, destinado a promover la reinserción social de los detenidos mediante la educación y el desarrollo de talleres laborales.
“Este es un desafío. Es el camino de la dignidad para los que estamos afuera, de sentirnos más protegidos, y para los que están adentro, de encontrar un camino para no volver a cometer un delito”, aseveró Vidal y agregó “cuando asumimos encontramos un sistema penitenciario donde se hablaba mucho de derechos humanos pero la mayor parte de los detenidos no tenía nada que hacer durante el día, ni estudiar ni trabajar”.
La mandataria bonaerense, explicó: “Lo que suceda durante el tiempo de detención va a ser clave para que no vuelvan a cometer delitos. Queremos mostrar que la reinserción es posible: lo que pasa dentro de las cárceles tiene que ver con la seguridad. Cuando el trabajo de resinserción no se hace bien, viene la reincidencia, y eso contribuye al delito”.
Según Vidal, “muchos miraron para otro lado durante muchos años, pensando que lo que pasaba aquí adentro no lo miraba nadie. Nosotros lo vimos: vimos la corrupción y el delito que se cometían dentro de las cárceles, y vimos el estado de abandono en el que estaban. Todavía no son las cárceles que queremos, pero estamos mucho más cerca que cuando llegamos”.
“Ademá, no transamos con la corrupción carcelaria, removimos a toda la cúpula penitenciaria, mejoramos la capacitación”, agregó.
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La Unidad Penitenciaria 57 estará destinada al alojamiento de unos 600 jóvenes de entre 18 y 21 años que tendrán la posibilidad de completar estudios secundarios y terciarios y capacitarse en talleres laborales, para facilitar su reinserción social al momento de que se cumplan sus condenas.
Acompañada por el ministro de Justicia, Gustavo Ferrari; el secretario de Derechos Humanos provincial, Santiago Cantón; el intendente de Campana, Sebastián Abella; el director de la nueva unidad, Manuel Gastón Collado; y Fernando Manzanares, asesor del Ministerio de Justicia que coordinó el proyecto de la Unidad Modelo; la mandataria indicó que la cárcel será destinada a alojar a muchachos que “han cometido su primer delito, en muchos casos, que no son homicidas, no son violadores, no han secuestrado”.
El proyecto, impulsado por la gobernadora y el ministro Ferrari, prevé la plena ocupación de los internos a través de la educación, el trabajo, el deporte y el abordaje asistencial intensivo, enfocado en la salud y las adicciones.
Ferrari destacó que “en este penal va a ser obligatorio estudiar, aprender un oficio y seguir un régimen de pautas de disciplina y de convivencia”, y resaltó “la primera reforma del Sistema Penitenciario en democracia impulsada por la gobernadora, María Eugenia Vidal, con la que logramos una mejor profesionalización del Servicio para que las personas que cometieron delitos y están detenidas, se puedan rehabilitar y no vuelvan a cometerlos cuando salgan”.
Desde el inicio de la gestión de Vidal, el ejecutivo bonaerense promovió un cambio de paradigma en la lucha contra la inseguridad, que abarca cuatro aspectos fundamentales: la Policía, la Ley y la Justicia, la Inclusión Social y el Servicio Penitenciario.
En este último punto, se inició una reforma destinada a transparentar el sistema, mejorar la capacitación de los agentes, garantizar las condiciones de habitabilidad y la reinserción social de los detenidos, y contribuir a la seguridad en la Provincia.
La Unidad Modelo de Campana alojará a 616 jóvenes de 18 a 21 años, de sexo masculino, que estén cumpliendo una pena menor a los cinco años de reclusión, relacionada con delitos como robos, hurtos o encubrimientos.
Para ingresar al programa desarrollado en el nuevo penal, los internos deberán firmar un “acta de conformidad” con la que se comprometerán a cumplir pautas de convivencia como el respeto de horarios y tareas del pabellón, la asistencia a las actividades educativas, laborales, de capacitación y deportivas, más las reglas relacionadas al aseo personal, limpieza de los lugares comunes y cuidado edilicio.
La unidad ofrecerá a sus internos las herramientas necesarias para que “puedan empezar una vida lejos del delito”, desde sus cuatro módulos que incluirán celdas, aulas, talleres y un polideportivo central.
Las salas de clase conformarán una escuela con capacidad para 480 internos -la más grande del Servicio Penitenciario Bonaerense- y un aula taller móvil donde se dictarán cursos de alfabetización digital.
Los talleres de trabajo, en tanto, ocuparán más de 800 metros cuadrados y tendrán una capacidad para 200 jóvenes.